Campaña del Partido Nacional efectiva para modificar la intención de voto

A pesar de la indiscutible necesidad, para cualquier candidato, de invertir en publicidad electoral y principalmente en pautas televisivas, la efectividad de la misma es más que cuestionable. Las estrategias pueden ser diversas, desde la apelación al discurso denso, cargado de contenido, dirigido al votante con inquietudes intelectuales (que abandona rápidamente cuando le roban la garrafa de 3 kg. y pasa a apoyar el plebiscito por la baja de la edad de imputabilidad) hasta la ampliación burda de la base de recepción, valiéndose de clown transexuales, madres pobres afroumbandistas, y cualquier otra forma que el pobre pueda asumir excepto la de sujeto de derecho.

El error de esta estrategia está en que reduce sus posibilidades de universalidad al utilizar algún estereotipo problemático: las madres solteras afroumbandistas no despiertan la simpatía del elector católico, liberal o masón; el clown transexual es aún más difícil de mercadear fuera del espectro de las minorías sexuales y la desviación circense; y el pobre es siempre sospechoso en tanto no demuestre su inocencia.

¿Qué queda, entonces? Así es: niños. A todos les gustan: su sexualidad es incuestionable; su religión importa poco; su pobreza no despierta suspicacias. Y Larrañaga fue a por ellos.

El resultado no pudo ser mejor: las encuestas registraron de inmediato el éxito del spot, el PN comenzó a reducir la diferencia con el FA y dejó atrás por amplio margen al PC, sin mencionar la influencia ejercida sobre la AP, el PU, el TO, y otras tantas agrupaciones menores a las que avasalló gracias al poder de convocatoria de los purretes.

El politólogo, barbero y cirujano Luis Eduardo González señaló: «A Larrañaga no le entendí una mierda, supongo que por mis dificultades auditivas, pero las encuestas demuestran sin lugar a dudas que se produjo un rápido ascenso en la intención de voto del Partido Nacional».

Por su parte, el académico, ex guerrillero y actual paramilitar Adolfo Garcé dijo: «Yo, que no padezco ninguna dificultad auditiva, ratifico que a Larrañaga no se le entiende una mierda. Más allá de eso, mis encuestas presentan un resultado similar a las de González, lo que indica que hay una tendencia comprobada a favor del PN o una pedofilia latente en buena parte de la población. Larrañaga apostó a medir su coeficiente intelectual con rivales de su talla y la evidencia está a la vista».

Para el analista y otorrinolaringólogo Daniel Chasquetti no hay duda: «Larrañaga perdió todos los debates con los niños; estos resultaron más articulados, con mayor riqueza en el vocabulario y propuestas más sensatas que las del candidato oficial, lo que, según las encuestas más recientes, dejaría en primer lugar de las internas a Candelaria, seguida por Pablo, en tercer lugar Martina y por último sí, Luis Alberto y Jorge (Lacalle Pou y Larrañaga, respectivamente)».