Impactante revelación: todos los agentinos son uruguayos.

Así es. En momentos en que el Gobierno y el diario La República se aprestaban a celebrar el Bicentario, estalló la bomba. Según las investigaciones más recientes del Departamento para el Estudio de la Pureza Racial Oriental, no sólo Gardel, Le Pera, Maradona (nacido en el 40 semanas) Tita Merello y Jorge Luis Borges nacieron en suelo oriental y macho, sino todos los argentinos excepto Menem y los pobres de las villas. El Director de Cultura (aria) de la Intendencia, Mauricio Rosencof, comentó a La República que, si bien hasta el momento se sospechaba que detrás de todo gran argentino había un uruguayo, ahora se han obtenido los documentos que prueban esta verdad de sentido común. «Hasta ese paladín de la prensa libre (libre de sindicatos) que es Federico Fasano es uruguayo y no argentino», dijo el funcionario.
La revelación ocurrió del modo más impensado, cuando varios pasantes sin sueldo de la repartición buscaban un documento que probara la nacionalidad uruguaya de todos los argentinos destacados de los últimos 200 años. Así fue como dieron con un papel maloliente, lleno de hongos (se estima que no los fumaron, aunque nadie se atreve a afirmarlo) y humedad, del tiempo de la colonia, escrito por un corregidor con sylvapen rosado, donde consta que en realidad las Provincias Orientales lo eran respecto de la Cordillera de los Andes, no del Río Uruguay.
«El alcance de este hallazgo es inimaginable», señaló Rosencof, «no solamente porque, como resultado de esto, somos nosotros los que tenemos 38 millones de habitantes (excepto Menem y los pobres de las villas) sino además el patrimonio indiscutido del dulce de leche, la birome, el colectivo, el peronismo, el antiperonismo y Tinelli. Y el gran doctor Fasano Martens, por supuesto», destacó. «Además, resulta que hicimos la Revolución de Mayo y ya no tenemos que cargar con la vergüenza de Artigas manteniéndose leal a la corona española, es fabuloso. Tampoco tenemos que inventar más fechas raras para conmemorar la independencia que no encontrábamos por ningún lado y casi nos obliga a erigir a Lord Ponsomby en caudillo. Se acabó: nosotros liberamos América, ‘bo».
Consultado sobre si Uruguay pensaba litigar basado en estos datos, respondió: «No, jabón. Mañana mismo salgo con el papelito para allá. Ya van a ver estos argentin… uruguayos agrandados, perdón. Vamos a ver quién la tiene más grande… la patria, claro. Agradezco a Fasano Martens la oportunidad de decir esto que los medios de derecha como El País callan. Y a López Mena por permitirme viajar. Cuando se regularice el asunto, le vamos a dar el puerto de Buenos Aires a Buquebús en concesión eterna, en agradecimiento por su compromiso con la causa nacional». Seguidamente, habló de las papeleras. «Parece que nos autocortamos el puente», dijo con una sonrisa. Pero en un tono más serio, aseguró que «ahora el río es nuestro y Entre Ríos también, así que vamos a instalar otra planta del lado argentin… uruguayo, perdón. Esto es un quilombo».
Como primera medida, Rosencof viajó a Buenos Aires para plantar nuestra bandera en la Casa Rosada, futura casa celeste si todo sale de acuerdo a lo esperado. A la salida, un habitante de la villa se le acercó con el documento en la mano. «¿Me da una moneda? Mire, soy uruguayo, tengo la cédula». Rosencof respondió «¿uruguayo vos con esa cara? No papá, volvete a Bolivia, negro cabeza», exaltando los valores republicanos nacionales.